A todos nos ha pasado que de repente sentimos unas ansias terribles por comer algo. Pero, ¿realmente es porque el cuerpo necesita consumir alimentos o solo es ansiedad por picar algo?
Según la Unión Internacional de Ciencia Psicológica, existen dos tipos de hambre:
Debido al aislamiento que hemos tenido los últimos dos años y al estar tanto tiempo en casa es probable que haya aumentado el hambre emocional. Esto hace que nos movamos poco, hacemos las compras menos veces a la semana (acumulamos alimentos) y, a veces, el tenerlos a disposición nos tienta más, sobre todo a comer más dulces.
Por eso es importante estar atentos y poder distinguir estas situaciones y generar prácticas y hábitos saludables para mejorarlas.
Aquí te dejamos unos tips:
Estas pequeñas acciones mejorarán tus emociones y estados de ánimo y mantendrán a raya tu peso.